Fratres Lucis- 2003     |     home
VIDA - LIFE
La vida deberá fluir a través de vosotros en todo su esplendor y fuerza completa
      -EL ARBOL DE LA VIDA-

               El concepto más radical más importante de la Kábala es la idea de  
      que la raíz última de la que este Universo con todos su contenido ha
      evolucionado es AIN SOPH AUR (la Luz Infinita e Ilimitada)  En la medida
      en que nuestras mentes son capaces de comprender, ésta debe entenderse
      como un océano infinito de brillantez y de Luz en el que todas las cosas
      están contenidas como en una matriz, a partir de la cual todas las cosas
      fueron evolucionando, y que es también esa meta divina a la que toda vida
      y todos los seres, finalmente, deben retornar.
                  Brotando de esa Luz, se manifiesta el glifo que se conoce como
      “El Arbol de la Vida” Los cabalistas indica diez numeraciones o SEPHIROTH
      que son las ramas de dicho árbol creciendo y evolucionando en el espacio:
      diez modos diferentes de manifestación de su radiación, diez grados
      modificados de la misma sustancia-principio omnipresente.
                  La primera de estas manifestaciones se llama KETHER, La
      Corona, y es la primera manifestación de lo desconocido, una concentración
      de su Luz Infinita. Constituye el centro divino de la Conciencia humana.
                  De este centro metafísico y universal surge la dualidad, como
      dos principios de diferente actividad, el uno llamado CHOKMAH, Sabiduría,
      y el otro BINAH , Entendimiento. He aquí las raíces de la polaridad:
      masculino y femenino, positivo y negativo, fuego y agua, mente y materia
      siendo estas dos ideas el noúmeno de todos los opuestos vitales por
      nosotros conocidos.
                  Estas tres manifestaciones sobresalen de un modo particular y
      simbolizan la “Luz que brilla en la oscuridad” la “Luz del Ser
      Espiritual”. Las actividades luminosas de los Supremos, se desbordan de su
      ser exuberante sin disminuir por ello en grado alguno la realidad o
      vitalidad infinita de su fuente. De ahí que se les considere como teniendo
      poca relación con las Sephiroth inferiores que emanan de ellos, salvo como
      su tallo y raíz. Y aunque apenas estén en relación filosófica alguna con
      nuestro universo fenoménico, sucede que cuando hacemos trabajo mágico, es
      necesario que nos abramos por invocación a su influencia para que el poder
      Divino de la Luz Suprema, descendiendo a través de la mente humana, pueda
      santificar y conseguir la intención de la ceremonia misma.
                  A partir de esta primera tríada, una segunda tríada de
      emanaciones se refleja o  proyecta hacia abajo en una gradación menos
      refinada de sustancia. Hay que añadir que se dan atribuciones planetarias
      a los Sephiroth, atribuciones expresivas de su tipo de operación. Así,
      Kether es LUZ ESPIRITUAL, Chokmah se refiere al Zodíaco y Binah se
      atribuye a Saturno.
                  La cuarta Sephirath es Chesed, que significa Gracia o
      Misericordia; Gedulah, que significa Grandeza, es otro de sus nombres, y a
      esta Sephirath se refiere la cualidad astrológica llamada Júpiter. Su
      concepto es de construcción, expansión y solidificación.
                  Geburah es la quinta numeración, el Poder, la Potencia, y es
      un símbolo de poder creativo y de fuerza. Su atribución planetaria es
      Marte, consistiendo su cualidad en fuerza destructiva que somete a
      demolición en todas las formas e ideas una vez que su fase de utilidad y
      vida saludable ha terminado. No simboliza un estado fijo de cosas, sino un
      acto, una nueva transición de la potencialidad a la actualidad.
                  La Sephirath que armoniza y reconcilia es la número seis, de
      nombre Tiphereth. Significa belleza y armonía, se atribuye el Sol, el
      centro y señor de nuestro sistema solar. Tipheteth es el maestro interior,
      el alma humana. Con ello se completa la segunda tríada.
                  Netsach, Victoria, a la que corresponde el planeta Venus, es
      la primera Sephirath de la Tercera Tríada reflejada, y supone el comienzo
      de un orden de cosas completamente diferente. Aquí se entra en la esfera
      elemental, en la que predominan las fuerzas naturales. Netsach es
      atribuido al elemento fuego, que representa la vida emocional del hombre.
                  Su polo opuesto en el Arbol de la Vida es Hod, que significa
      Esplendor, el cual recibe la atribución del planeta Mercurio. Su elemento
      es el agua y su acción representa la mente fluídica, el pensamiento, la
      capacidad lógica en el hombre y también lo que podría llamarse su fuerza
      nerviosa o mágica, lo que los sistemas Hindúes denominan Kama Rupa.
                  La tercera de esta tríada es Yesod, el Fundamento, la novena
      Sephirath, la operación de la esfera de la luna. Su atribución elemental
      es el aire. El mundo de la sustancia sutil. Fundamento del mundo físico.
                  Pendiente de estas tres tríadas, se halla Malkuth, el Reino
      referido al elemento tierra, y que es la síntesis de los demás elementos y
      planetas y su vehículo. Malkuth es el mundo físico, en el hombre
      representa el cuerpo físico y el cerebro, el Templo del Espíritu Santo, la
      verdadera tumba del alegórico Christian Rosenkreutz.
                  Estas diez Sephiroth no deben ser interpretadas como porciones
      diferentes del espacio objetivo, cada una separada de las otras por
      millones de millones de millas. Mas bien son conceptos seriados,
      conteniendo cada condición, estado o concepto serial a los que le siguen
      detrás. Bien puede decirse que su diferencia es la dimensión y que,
      además, representan distintos niveles y tipos de Conciencia. Así Kether
      está en Malkuth, porque su sustancia es de una naturaleza infinitamente
      enrarecida, atenuada y etérica; mientras que Malkuth, el universo físico
      se encuentra rodeado del Espíritu omnipresente de Kether.
                  Por lo que respecta a los Supremos, se explican mejor como una
      condición exaltada de Conciencia que en términos de sustancia, los
      Supremos son, a todos los efectos y propósitos. aquellos que se conocen
      como DIOS.
                  Esto es un preludio al estudio de la Cábala y en sí al Arbol
      de la Vida. Aconsejamos su estudio, el cual os dará una placentera manera
      de Conocimientos. En el apartado de nuestra página “libros recomendados”
      hallaréis verdaderas obras maestras.
      Frater: Atreus